¿Quién no ha pensado alguna vez “yo
no valgo para esto”, “seguro que lo hago mal”, “si lo hago me van a regañar”…? Estos
pensamientos negativos nos van a dar la razón, vamos a fracasar por no creer en
nosotros mismos. Así que debemos aprender a utilizar el fracaso, no como un
miedo, sino como un elemento motivador, un punto de referencia que nos sirva
para saber lo duro que tenemos que trabajar para evitar pararnos es esa
estación oscura y lúgubre, en la que cada rayo de esperanza y confianza se
apaga con cada pensamiento negativo.
Por una parte, el positivismo es
lo que nos ayudará a sacar lo mejor de cada uno, lo que nos ayudará a triunfar
y alcanzar todos y cada uno de los objetivos que nos planteemos. Para conseguirlo
es necesario involucrarnos en cuerpo y alma, ya que no hay atajos para alcanzar
grandes objetivos. ¡Aaa! Y no es un proceso fácil que digamos. Debemos asumir
que este será un trabajo largo y costoso, pero, como bien sabemos, aquello que
más trabajo cuesta conseguir es lo que más llegamos a apreciar.
Por otra parte, otro aspecto a
tener en cuenta, es que en este camino hacia nuestros deseos encontraremos
multitud de obstáculos (personas, dificultades, el tiempo…) que intentarán, a
toda costa, sabotear nuestra mente y, así, evitar que los alcancemos. Es en
este momento, cuando debemos armarnos de valor y confiar en que si seguimos
adelante, superando cada uno de estos "sabotajes", podremos llegar al final del
trayecto.
Por último, solo me queda
aconsejaros que para conseguir vuestros objetivos no paséis por encima de
nadie, ya que “no hay que apagar la luz de otro para lograr que brille la
nuestra” (Mahatma Gandhi).